Resumen
La etapa posoperatoria inmediata del trasplante renal (TR) abarca las primeras 4 – 6 semanas siguientes a la colocación del injerto renal, y es clave en la evolución tanto del paciente como del injerto. Durante esta etapa pueden ocurrir complicaciones isquémicas (como la necrosis tubular aguda), inmunológicas (el rechazo agudo), quirúrgicas (la trombosis vascular, y la aparición de fÃstulas); e infecciosas, las que marcarán el curso ulterior de la enfermedad y la respuesta terapéutica, y por lo tanto, el éxito (o el fracaso) del trasplante. Se requiere entonces garantizar la nutrición óptima del sistema inmunitario para prevenir las infecciones oportunistas, promover la cicatrización de las heridas, y satisfacer las demandas del organismo, que se incrementan en respuesta al estrés metabólico que supone hacer frente a una operación de esta envergadura.