Resumen
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) en las edades pediátricas constituye un reto formidable para los grupos básicos de trabajo. La disfunción orgánica resulta en azotemia, acidosis metabólica, e inflamación. Estos eventos conducen a insulinorresistencia y estados alterados de la utilización periférica de los glúcidos, y con ello, incremento del catabolismo proteico y la gluconeogénesis hepática, y depleción de la masa magra corporal. La desnutrición energético-nutrimental (DEN) es entonces un elemento distintivo del niño nefrópata que termina entorpeciendo la evolución del enfermo, y alterando la respuesta al tratamiento médico-quirúrgico, incluido el trasplante renal. La falla orgánica crónica repercute inmediatamente sobre las tasas de crecimiento y desarrollo del niño, y provoca detención de la acreción tisular de nutrientes. Se interrumpe entonces el crecimiento longitudinal del niño, y la ganancia de peso corporal (sobre todo la sÃntesis y deposición de tejidos magros), todo lo cual complica el entorno en que tienen que actuar los grupos básicos de trabajo. Por todo lo anterior, la implementación de terapias de reemplazo de la función renal (TRR) obliga a una actuación concertada de los grupos básicos de trabajo a los fines de mejorar el medio interno y atenuar los sÃntomas de la azotemia crónica, primero; y preservar el estado nutricional y proteger las tasas de crecimiento y desarrollo del niño, después; para asegurar la respuesta del enfermo hasta la realización del injerto renal [RESUMEN TRUNCADO DESPUÉS DE LAS PRIMERAS 500 PALABRAS].